Salto a la locura
(Salto al Vacío) Segunda Parte
De nuevo intento mirar al vacío, pero sólo logro que el vértigo tome posesión de mi piel… Las cosas están pasando con una velocidad vertiginosa que no me permiten adaptarme a ellas, un día me encuentro cumpliendo con mi rutina en forma precisa, ignorando los cambios que se aproximan y al siguiente descubro que esa rutina que daba por cierta no será nunca mas… me encuentro enfrentado a las responsabilidades de una nueva vida que añoré por mucho tiempo y que sin embargo, ahora de pié en el umbral de su inicio descubro que no tengo idea de cómo vivirla. Mas allá del umbral no es posible ver nada, no hay colores no puedo decir si algo es negro o blanco, es como saltar de un acantilado lleno de niebla, no sabes que hay allí, no sabes si caerás un metro, dos o trescientos metros, ignoras si caerás sobre pasto, rocas o agua, lo único definitivo es que caerás…
Pues bien estoy a unos cuantos pasos de saltar e ignoro hacia donde me llevará el destino (si es que existe algo como el destino, yo lo dudo y me niego a creer lo contrario, pero eso es otro tema). De momento lo poco que sé es que a falta de mejor consuelo me entrego a la locura, una locura dulce que me permite soportar la presión, una locura que me lleva a escribir sin sentidos como éste (¿o acaso tiene sentido lo que digo?) En fin un poco de locura es buena para todos… bueno es momento de retomar mi relato al borde del abismo dialogando con mi locura:
- Bueno, bueno, gigantes o no gigantes no hay nada mas que nubes frente a nosotros
- No seas tan ingenuo, se esconden entre las nubes, les escucho respirar…
- ¡Ese es un pésimo intento de cambiar la conversación! ¿Saltas o no saltas?
- En cuanto sea la hora, sin duda- Nada ganas con retrasar lo inevitable
- Y nada gano con precipitarlo, además me inquieta lo que se oculta en la niebla, no puedes negar que existen cosas allí
- Todo un zoológico de posibilidades, y tendrás que lidiar con todas cuando te las encuentres…
Sonidos extraños que provienen de la niebla perturban mi mente y mi alma, algunos son casi como palabras que auguran desgracias “muerte…, soledad…” otras son como bramidos de tono grave “responsabilidad…, trabajo…” algunos son susurros apenas audibles que me incitan a internarme entre la niebla “amor…, esposa..., felicidad…” pero es tan difícil escucharlos… todos se confunden en una cacofonía espectral que embota mis sentidos.
Entre la niebla me parece vislumbrar algunas formas, o tal vez sea sólo mi imaginación que se encuentra alterada por tantas sensaciones, he visto un par de ojos en la niebla, se que los he visto en alguna parte, pero en esta visión extraña se encontraban en una isla flotando en la nada, en cuanto asimilé sus formas reconocí en ellos gran dulzura sin embargo esta isla no tenía puentes por los que pudiera llegar a ellos… tal vez lo mejor sea no acercarme…
- ¡Vaya que son unos ojos hermosos!
- Si amiga locura, lo son, sin embargo no miraban hacia mí, lo mejor será dejarlos donde están.
- Comprendo…
- ¡Mira la niebla ha dado paso a unos escalones!
- Parece que no tendrás que saltar después de todo
- Al menos no de esta altura, ¡Vamos!
-Efraín Valencia